Aunque el turismo minero ha traído importantes beneficios a la región de Antofagasta, también ha planteado algunos desafíos. Uno de ellos es la conservación de los sitios históricos mineros, muchos de los cuales están en deterioro. Las autoridades y las empresas mineras han comenzado a colaborar en la restauración y preservación de estos espacios, para que continúen siendo un atractivo turístico sin perder su valor patrimonial. Otro reto es el impacto ambiental que el turismo puede generar en zonas sensibles, por lo que se están explorando soluciones sostenibles para minimizar estos efectos.
El desierto de Atacama, donde se concentra gran parte de la actividad minera de Antofagasta, es uno de los principales atractivos naturales de la región. Este entorno árido y extremo ofrece un marco único para el turismo minero, al combinar la historia de la minería con la impresionante belleza del desierto. Los tours a menudo incluyen paradas en lugares como el Valle de la Luna o las Lagunas Altiplánicas, permitiendo a los visitantes disfrutar de la naturaleza mientras aprenden sobre la minería.