La Escondida, una mina de cobre en funcionamiento y una de las más grandes del mundo, ha comenzado a atraer el interés del turismo industrial.
Aunque el acceso al sitio está altamente controlado por razones de seguridad, algunas visitas guiadas especiales ofrecen la oportunidad de conocer el interior de esta colosal operación minera.
La mina, ubicada en pleno desierto de Atacama, no solo es fascinante por la magnitud de la explotación minera a cielo abierto, sino también por la avanzada tecnología utilizada en el proceso de extracción del cobre.
Los turistas que participan en estos recorridos guiados tienen la oportunidad de ver de cerca la maquinaria gigante utilizada para extraer el mineral, incluyendo camiones que son más grandes que un edificio de dos pisos.
Además, las visitas permiten aprender sobre la importancia del cobre para la economía chilena y cómo se gestiona una mina de esta escala en condiciones tan extremas como las del desierto.
Este tipo de turismo, aunque aún es incipiente, refleja el creciente interés por conocer la industria minera de la región desde una perspectiva diferente, combinando el aprendizaje tecnológico con la apreciación del paisaje desértico.